Las dijo el Papa
Francisco en su Encuentro con los Movimientos Populares del mundo en
su visita a BOLIVIA, reunidos en Santa
Cruz d e la Sierra.
“Este sistema ya no se
aguanta. No lo aguantan más los
campesinos. No lo aguantan más los trabajadores. No lo aguantan las comunidades,
nolo auantan los Pueblos…T, tampoco, lo aguanta la Tierra, la hermana madre Tierra, como decÍa SAN FRANCISCO”.
“¿Qué puedo hacer yo
cartonero, recicladora frente a tantos problemas si apenas gano para comer?.
¿Qué puedo hacer yo artesano, vendedor ambulante. Transporista, trabajador
excluido si no siquiera tengo derechos laborales?. ¿Qué puedo hacer yo
campesina, indígena, pescador que apenas puedo yo resistir el avasallamiento de
las grandes corporaciones?. ¿Qué puedo hacer yo desde mi villa, mi chabola, mi
población, mi ranchería donde soy diariamente discriminado y marginado?. ¿Qué
puede hacer ese estudiante, ese joven, ese militante, ese misionero que patean las barriadas y los parajes, con el corazón lleno de sueños, pero casi sin
ninguna solución para sus problemas?”-
“Pueden hacer mucho. Lo
repito de nuevo: Pueden hacer mucho.
Ustedes los más humildes, los explotados, los pobres y los excluidos pueden y
hacen mucho. Me atrevo a decirles que el futuro d e la Humanidad está, en gran
medida, en sus manos, en su capacidad de organizarse y de promover alternativas
creativas en la búsqueda cotidiana de las “tres T” (trabajo, techo, tierra) y también con su
participación protagónica en los grandes procesos de cambio. Cambios nacionales, regionales y cambios mundiales.
¡No se achiquen¡”.
“Uds, son sembradores de cambio. He escuchado una
frase que me gusta mucho: “proceso de cambio”. El cambio no concebido como algo
que algún día llegará impuesto por tal cual o cual opción política”.
¿Ponemos en práctica
estas palabras del Papa Francisco?.
Si lo hacemos, ya somos dos. Ud. y yo. Y pronto seremos diez, cien, mil,
diez mil………
PARECEMOS
CANSADOS Y SIN GANAS DE LUCHAR
He vivido en el
Paraguay tiempos, como los días del Marzo paraguayo, en el que grandes sectores
de la población vivíamos entusiasmados por un futuro mejor.
Pero , ahora, muchos parecen cansados y sin ganas de
luchar.
No encuentran motivos para luchar por una
sociedad mejor y se defienden como
pueden del desencanto. Un sentimiento de impotencia y desengaño parece
atravesar el alma de la sociedad. Las
nuevas generaciones están
aprendiendo a vivir sin futuro . Y, cada
vez son más los que viven sin un mañana.
“Y, cuidado, porque el
ser humano no puede vivir sin esperanza. “Somos viajeros que andamos buscando algo que no tenemos”. Nuestra vida
es siempre expectación. Y cuando la esperanza se apaga en nosotros, nos
detenemos, nos destruimos, Sin esperanza dejamos de ser humanos”.
He editado y citado todo esto de José
Antonio Pagola.
Y, ahora, pongo mi
parte.
Mal debemos de andar
cuando habiendo tantos millares de cosas que hacer en bien de la humanidad
cercana o lejana, nos empeñamos en decir que no sabemos o no nos importa
qué hacer que valga la pena.
Fijémonos concretamente
en el Paraguay. Nos están llevando a donde no
queremos. ¿Por qué esto no nos hace hervir la sangre?.
A nuestro alrededor
nuestros hermanos están desnutridos, sin trabajo, mal vestidos y
habitando en cuevas de plástico negro. ¿Por qué no soñamos en darles un mejora en su
dolor y extrema pobreza?. La juventud siempre ha sido rebelde. ¿Ahora?.
Dos partidos políticos
se han hecho los dueños del Paraguay y, separados o en alianza, con la plata que robaron al
Estado nos conservan en la pobreza para así podernos comprar más barato. ¿Por
qué aguantamos tanto?.
Por una resolución
inhumana el intendente está privando a
los inundados de los derechos esenciales: agua, baños, transporte, techo,
paredes, comida.
Nada de esto es lo que
nos dijo el Papa.
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