jueves, 24 de septiembre de 2015

CON UNA FIRMA, El 50% SOLUCIONADO


Hay 22 crucificados, además algunos con los labios cosidos y todos en huelga de hambre y esto comenzó hace casi tres meses, y ya son demasiados días en sufrimiento.
Tomaron esta medida porque formaron un sindicato cansados de irregularidades  del patrono diputado  Celso Maldonado y este expulsó al día siguiente a 51 trabajadores.
La Constitución dice en su artículo 96 que todo trabajador tiene derecho a formar un sindicato sin pedir autorización ninguna, con solo presentar la petición en este caso en el Ministerio de Trabajo.
Esta firma, hace un mes el ministro de trabajo en su despacho y con testigos la prometía para  el día siguiente y al mismo tiempo mediaba para la incorporación efectiva a la empresa. De este modo dejaban la crucifixión y cesaba el problema.
Horas después se arrepentía o se lo prohibió quien está sobre el que es el Presidente de la República o se dejó influir por el que pertenece a otro poder, el Legislativo, el diputado dueño de la empresa.
Más todavía, días después por medio de un alto  empleado y en su nombre me hizo decir el Ministro que si los crucificados antes se iban a otra parte, por causa de las quejas de algún vecino, el daba la firma. Esto me supo a burla.
Sinceramente no se aceptó esto porque nos sabía a promesa falsa, con la experiencia de antes.
Solamente por una firma burocrática negada el ministro de trabajo rompió las negociaciones y mantiene crucificados  a más de 20 personas.
O este ministro se salta la Constitución a su antojo o es el mismo PRESIDENTE de la  República el que no permite este sindicato, contra lo firmado con la OIT, porque según él  entorpece el desarrollo de la empresa. Reconocido  el sindicato, se puede.

Negociar la segunda parte: reintegro al trabajo. Y así cesaría la crucifixión.

1 comentario:

  1. No sé, Pai Oliva, si son conscientes de la defensa que tienen los últimos con sus acciones, pero me resulta admirable su lucha.

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