miércoles, 16 de septiembre de 2015

CARTA ABIERTA AL MINISTRO DE TRABAJO


Hace un mes, por respeto a su persona y antes de escribir públicamente  quise hablar personalmente con Ud. sobre la Línea 49 y en tres ocasiones nos encontramos  en su despacho. Me dio esperanzas, pero  llegada la hora Ud. falló. No cumplió lo hablado y desde entonces se niega a recibirme.
Por todo lo anterior y como persona pública que Ud. es, públicamente le digo ahora estas palabras.
Seguramente Ud. escuchó las palabras  del Papa Francisco cuando en el Palacio de López  dijo al Presidente y autoridades que “en la voluntad de servicio de trabajo por el bien común, los pobres y necesitados han de ocupar un lugar prioritario”.
Este es el problema que se le presenta a Ud.  con los crucificados de la Línea 49 y que  Ud. no entiende correctamente ni según lo  que escuchó del Papa ni de acuerdo a la Constitución Nacional
Estos crucificados le piden cumpla la Constitución en el artículo 96 “Todos los trabajadores públicos y privados tienen el derecho a organizarse en sindicatos sin necesidad de autorización previa. Para la inscripción del sindicato bastara la inscripción del mimo en el órgano administrativo correspondiente”.
Ud. ha encajonado el documento presentado por los crucificados. Se ha rendido  ante la negativa del diputado empresario de la 49 a tener sindicato en su línea. No es correcta su conducta.
Por otro lado, poco hace para que sean reintegrados todos los expulsados por haber querido formar este sindicato.
Señor Ministro de Trabajo, el crucificarse es una medida extrema de desesperación humana ante un gobierno que ha violado en el Presidente y sus ministros la prioridad de la que  les habló el Papa y Uds. aplaudieron. Uds. se burlaron entonces de una persona como Francisco.

Mundialmente dos entidades que agrupan 170 millones de trabajadores  rechazaron su conducta anti sindicatos que es, desgraciadamente,  la del  Presidente Cartes.

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