lunes, 22 de diciembre de 2014

TODOS LOS DÍAS SON NAVIDAD


Exteriormente esto no parece ser verdad.
Me impresionó hace varios años la razón que daban  los pescadores del río Paraguay para atrasar hasta después del 25 de diciembre la  veda de pescar  en el río. “¡Queremos darle de comer  a nuestros hijos en Navidad!”. Sin pescar ese día, poca comida habría en el día de Navidad, la familia se reúne y por una noche, todos se entienden. Hay lazos de sangre, de vida juntos, de un origen común, pero solamente esta noche, y la del Año Nuevo, lo mostramos.
La misa  de Navidad suele atraer a algunas más  personas que el resto del año viven al margen de toda manifestación religiosa. Esto ocurre también en la fiesta del Patrono o en el bautizo del hijo. Luego, pocas manifestaciones explícitas de la fe. ¿Por qué? ¿Nuestra Fe es firme?
A nivel social, en la Navidad  somos solidarios. A nivel de la familia la cena en común es una tradición. A nivel religioso, algo se  mueve dentro de nosotros el 24 y 25.
Pero, ¿el resto del año?
Todos los días son Navidad y esta Fiesta debe ser solamente la explicitación  de una vivencia religiosa que vivimos  y que con la vida debe de ir creciendo dentro y fuera de nosotros.
Y este es precisamente el problema que se nos presenta a los que seguimos el camino de Jesús.
Le daremos respuesta si Jesús es el centro y a Él lo encontraremos en sus palabras de los evangelios. Estos tienen que ser leídos comunitariamente pero de  modo que nos interroguen como personas concretas. Hay que multiplicar  las comunidades pequeñas donde esta se realice periódicamente.
A Jesús también lo encontraremos en esa oración sacramental que es la eucaristía.
Y a Jesús lo imitamos  en nuestro compromiso con los empobrecidos.
Con estas tres fuentes conseguiremos que todos los días del año sean Navidad.

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