martes, 30 de septiembre de 2014

UNA PAGINA PRESTADA QUE VALE



Lleva la firma de José I.Gonzalez Faus y ella cierra su escrito “¿DIOS?” en la colección Cristianismo y Justicia.

Hoy se acusa a los cristianos de no saber hablar de Dios. Y es que de Dios no se habla mirando a las nubes, ni contemplándose a sí mismo ni dando latigazos moralistas, sino mirando a esta tierra sufriente y utópica.

Sugiero dos modos posibles de hablar sobre Dios.

Primero : “Amor que mueve el sol y otras estrellas”. Con esta frase acaba la Divina Comedia del Dante. Curiosamente empalma con el primer verso del poema “Perdido en el camino de la vida”.

Ambos versos se empalman y muestran cual debiera de ser la trayectoria del ser humano y como se orienta hacia Dios nuestra presencia en la tierra: desde la explosión casi infinita de energía en la “gran explosión inicial (big bang) a un proceso de aproximación destinado a terminar en el “gran abrazo” (big hug) en el que Dios será todo, se da un proceso inacabable y difícil movido sólo por el amor, por el acercamiento.

Segundo : “Sin confusión ni división”. La relación de Dios con el ser humano cabe toda en estas dos palabras del Concilio de Calcedonia (siglo V)-

Sin confusión” quiere decir que Dios sigue siendo Dios y el ser humano, ser humano. “Sin división” expresa que, pese a eso, Dios y el ser humano conforman una única realidad inseparable.

Desde los dos focos anteriores podemos concluir con otra frase dialéctica.

Para un cristiano, Dios es la mejor noticia que se nos puede dar. Pero, al mismo tiempo, Dios puede ser una cuestión de importancia relativa. Porque la mejor manera de amarle es amar lo que El ama: el Reino del nos habló Jesús.

Los seres humanos no se dividen hoy en si creen o no en Dios sino según estén o no estén comprometidos ante los pobres del mundo”.





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