lunes, 31 de marzo de 2014

ALGO GRAVE SE NOS VIENE ENCIMA

 La victoria en la huelga  general y en el paro nacional del 26 de marzo debió de llevar consigo un ablandamiento del Estado cediendo en algunas, al menos, de las exigencias populares.

En realidad ha sucedido lo contrario. El Ejecutivo, sin duda en connivencia con los otros dos Poderes, ha mostrado su verdadero rostro, apoyado por la ANR, empresariado, multinacionales, instituciones de poder económico etc…
Un aparato estatal unido y fuerte, al que le importó poco el cómo salió el día 26, fuera de que no hubieran disturbios que le hubieran manchado.
Recuerden los tiradores con miras telescópicas que teníamos hacia la plaza y que toda la pasividad de la policía, mientras nos portábamos “bien”, se hubiera tornado en cruel represión como algunas de las últimas.
Fuimos coherentes con nuestra actitud no-violenta, pero ahora pienso  que el Gobierno se rió de ella.

 

El presidente se dio el lujo de no dar la cara y enviar a un sustituto y este no tuvo empacho en afirmar que la APP tal como está no se la tocaba, por poner un ejemplo.
“Da la impresión de una gran comedia pactada antes  por los mismos que están negociando”, me decía  exagerando un poco una persona. Pienso    que algo muy grave se  nos viene encima.
Algo tan grave como una dictadura económica que nos obligará a estar callados como los 35 años pasados, aunque con una diferencia. Antes tuvo que existir un Pastor Coronel con su tortura para que nos quedásemos quietos. Ahora bastará entrega al capital  internacional  con la farsa democrática de un parlamento ad hoc y una justicia castigando siempre, como en Curuguaty, al que se atreva a disentir.
Muy duro es todo esto, por lo que hay que discutirlo en grupos para profundizarlo y organizarnos y como Pueblo para resistir. Porque queremos y podemos “Vencer y vivir”.



1 comentario:

  1. "...apoyado por la ANR, empresariado, multinacionales, instituciones de poder económico etc…" Aquí está la cuestión. Ya no hay causas nacionales sino del apátrida dinero que medra por todas las latitudes sometiendo cada vez más a las personas.
    Será cosa de no perder la fe para no perdernos del todo.

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