jueves, 13 de febrero de 2014

LA GENERACIÓN INVISIBLE

La tenemos en todas las partes, pero no la distinguimos.  Es muy importante, pero no le damos importancia. Grita sus derechos, pero no la escuchamos. Le estamos agradecidos, pero no se lo expresamos. Es una generación invisible a la que olvidamos.
¿Me refiero a  los niños? ¿A las mujeres? ¿A los discapacitados? ¿A los enfermos encamados?
No, porque esta generación alcanza también a hombres, se  mueve por la calle, la mayoría en la plenitud de sus cualidades. Es alegre y es la más respetable.
Dice el Estado que a un 8% de ella actualmente la está ayudando, pero cuando queremos saberlo nos envía de Hacienda a……… y de…..Hacienda. Mucho nos tememos que  nos estuvieran engañando
Cuando hicieron el censo de población alcanzaba casi a medio millón de habitantes. Aunque tenemos la experiencia relatada por ellos, que en ocasiones los censistas al pasar delante de una casa de material siguieron de largo, sin caer en la cuenta de que en el fondo del patio vivía en un cuchitril el miembro de esta generación en plena pobreza y olvido.
En ocasiones los hemos visto en oficinas públicas a centenares de ellos. Amontonados delante de una ventanilla, de pie durante horas, mientras que funcionarios públicos en cómodas sillas los atendían lentamente. Cuando vi este espectáculo, sentí que algo estaba mal.
Modernamente  existen en los gobiernos políticas públicas para todo. Menos para esta generación que no la distinguen bien por ser invisible.
Hasta hace pocos años  había jubilados en el IPS de esta generación que cobraban en el IPS 3.000  (tres mil) guaraníes al mes.
Por si no se dieron cuenta estoy hablando de los adultos mayores.
Mabel Rehnfeld ha escrito un muy bueno artículo que termina así “Pensándolo mejor  tengo  la sospecha  de que  nuestros políticos no legislan para la vejez porque tienen la esperanza de que ellos  nunca serán adultos mayores  pobres”.

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