martes, 12 de noviembre de 2013

EL DERECHO A LA INTIMIDAD



Un compañero jesuita que recibió por Internet durante años estos artículos escritos para Última Hora, hace un mes que no le llegan... Y sí recibió, hace poco, un breve aviso: “Dejará de recibir los artículos porque son una basura”. No hemos conseguido saber quien lo envió.

Siempre ha habido intentos de gobiernos autoritarios de conocer lo que piensan y hacen los ciudadanos.

En traducción  primitiva paraguaya son los típicos pyragues del dictador, que en menor escala, todavía, perduran. Y que ojala no crezcan en número en el próximo gobierno.

En traducción más fuerte  alemana   fueron la SS de Hitler y la STASI de la parte  de Alemania que cayó en la órbita de Rusia.

Aludo a estos realidades porque todos estos intentos de vigilancia de masas son ridículos comparados con los que  actualmente existen.

Copio algunos párrafos: “Internet se ha convertido en la máquina de espionaje más importante que nunca jamás se haya inventado. Estamos ahora en una situación en la que personas de todo  el mundo,  empresas de todo el mundo, departamentos gubernamentales de todo el mundo…están poniendo información muy valiosa acerca de sus vidas y transacciones en servidores centrales  por medio de líneas de telecomunicación, que luego son interceptadas o puestas a disposición  principalmente  de los servicios de inteligencia de los EE.UU.

Las comunicaciones de América Latina con el resto del mundo pasan a través de los EE.UU. Incluso  las comunicaciones de un país  latinoamericano con otro, a menudo, pasan a través de los EE.UU.”

Un último dato: “la Agencia de Seguridad Nacional Norteamericana admitió ante el Congreso  que intercepta 1,6 mil millones de  de unidades de comunicación al día”.

Conclusión: esta es una realidad que ya existe. Que ya hace daño a la libertad de los ciudadanos y bajo los intereses de las grandes naciones significa una limitación grande no solamente de expresión sino inclusive de libertad personal y colectiva.

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