miércoles, 9 de octubre de 2013

NO QUIERO ESCUCHAR QUE NO HAY PLATA



Es lo que suelo escuchar de los nuevos ministros. “No hay plata porque el gobierno de Federico dilapidó todo”
Y es verdad y es mentira.

Es verdad que el gobierno de Federico se llevó todo lo que pudo. Y apropósito de esto: ¿Cuándo lo va a devolver? Y si no lo devuelve, ¿irá a la cárcel común de Tacumbú? ¿Habrá algún contubernio (esa palabra de la dictadura), para a cambio de no remover el pasado próximo recibir algún favor?

Pero volvamos al tema.

Es verdad que las arcas están vacías, pero esto acabaría en el momento que se grabara como lo hace Argentina o Brasil  la exportación de granos, especialmente de la soja. Cuando dejáramos de ser el país de  América Latina de menor presión impositiva. Cuando el impuesto a la renta personal fuera sobre las ganancias y no sobre lo que ha sobrado. Cuando se redujera las enormes ganancias de los senadores y diputados y asesores de las binacionales.

Habría plata de sobra para la salud y educación y para todo lo que es justo.

El Pueblo con su sentido común lo dice  continuamente. “Si es  así, manos a la obra. A poner estos impuestos y todo arreglado”.

Pero, desgraciadamente, este gobierno nunca lo va a hacer. Por dos razones: pertenece a los que ya tienen plata (recorta a los pobres) y, si quisiera, la patria sojera nunca  lo iba  a permitir.

Y es que, mientras no se demuestre lo contrario, la patria sojera tiene más poder que la Patria Paraguaya.

Una aberración, pero una   realidad.

Y. ¿qué tenemos que hacer?

Pues, muchas cosas.

No olvidemos que, además de  una democracia representativa, somos una democracia pluralista y eso nos da el derecho de disentir y proponer.

Y, sobre todo, somos una democracia participativa y eso nos da derecho a  influir porque el Pueblo es el soberano.

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