lunes, 29 de julio de 2013

ODISEA DE LA DENUNCIA A UN ABUSO SEXUAL



El autor tiene 43 años, la niña  13. La encerró en una habitación y la acosó sexualmente. La niña   solamente a puñetazos y patadas pudo escaparse.

Este es el triste hecho. Luego, comienza la odisea de la denuncia.

A las 8 de la mañana, la madre y la hija acompañadas fueron al Palacio de Justicia: Defensoría de la niñez y adolescencia. Les dijeron que no les correspondía porque el abuso sexual no se dio con un familiar ni en la casa de donde podrían protegerla  alejando al culpable. La enviaron a la Secretaria de la Niñez.

En la Secretaría de la Niñez tampoco les correspondía hacer la denuncia. Les recibieron en una pequeña pieza con algunos  escritorios ocupados por  varios abogados.  No había ninguna privacidad. Hablaban con uno, pero todos los otros  estaban escuchando.

Las enviaron para hacer  la denuncia a una  Fiscalía barrial concreta.

Pero allí les dijeron que no era la que les correspondía.  Y las enviaron a otra  Fiscalía.

En la  otra Fiscalía les atendió una señora muy acogedora y las lleva a la oficina donde las iban a atender.

De entrada  la funcionaria les reta por haber tardado tanto tiempo y les hace esperar dos horas.

Había  en esa oficina  otras funcionarias sin hacer nada y que públicamente chismorreaban los últimos casos  que les visitaron,  burlándose  de ellos. La madre, como tardan, comenta a las acompañantes  que van a llamar a la prensa y TV. Entonces el chismorreo se calla.

A las 17 horas les dicen que la Fiscala  estaba enferma y con problemas familiares, y que otro día las atendería. Les daría    una cita para que  dentro de 15 días  viera a la  niña de 13 años una psicóloga.

¿Comentarios? Indignación, asco, ganas de que este tipo de Paraguay ignorante y poco profesional ya pronto desaparezca.

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