lunes, 31 de diciembre de 2012

AÑO 2.013, UN AÑO DE ESPERANZA



Paradójicamente a todo lo escrito esta semana (a nivel internacional  el dilema “patio trasero o Patria Grande” y nacionalmente  la posibilidad en abril del segundo golpe de estado), quiero afirmar que para muchos de nosotros, entre los que tengo la suerte de encontrarme, este año 2.013 es un año de Esperanza.
Permítanme que, como sacerdote jesuita, comience  apoyando mi razón de tener mucha esperanza este año.

La prioridad de mi identidad es luchar por la “promoción de la Justicia y el servicio de la Fe”. No concebidas como dos cosas distintas, una primero o detrás de la otra. Sino como una misma prioridad que exige a ambas que se vivan intensamente en el mundo moderno en el estamos.

Y si Esperanza es estar seguros de alcanzar lo que aun no tenemos y el que vivir la Fe en obras de Justicia ciertamente entra en los planes de Dios ( de lo cual no tengo ninguna duda), Uds. figúrense la dimensión de mi Esperanza en un país donde la Justicia no existe mayoritariamente.

Insisto en la Esperanza, porque cuando fríamente y con dureza he  hablado sobre las dificultades que tenemos, alguno me ha dicho que al hablar así no tengo esperanza. “Amigo,( el que me decía esto era un político), si yo no tuviera esperanza  y grande, ni me atrevería a hablarte así  del Paraguay y de luchar por el, dado  el pésimo estado en que Uds. lo han puesto”.

Se me está acabando las 324 palabras que caben en este artículo.

Por eso le propongo algo mejor. Cada día del año a las 11,30 estoy en radio Fe y Alegría 1.300 AM. ¿Se anima Ud. a llamarme al 37 47 47  y me da el lunes  7 a esa hora las razones que Ud. tiene para  para ser un hombre o una mujer de esperanza?.

Espero su llamada.

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