AUNQUE DESTROCEN TODO, VENDRÁ LA PRIMAVERA POLITICA.

Es una frase que el poeta chileno Pablo Neruda la escribió más poéticamente. “Aunque corten todas las flores , vendrá la primavera”. Y en ambas versiones, la climática y la política, son verdad.

 Abramos los sentidos en el día de hoy y nos llenaremos de la primavera con sus olores, con su frescor, con su sol despierto, con las semillas trabajando bajo la tierra. Y con ello la alegría exultante de la primavera humana en la juventud de nuestra raza .

A nivel político los golpistas siguen destrozando todo.  Despidos en la Televisión Pública Paraguay Jajotopa. Despidos en el SAS,  entre los facilitadores de TEKOPORA,  en demasiadas instituciones públicas  (ESSAP, ANDE). Ya no les importa las familias que quedan  sin sustento. La guadaña arrasa con todo. Sólo les importa el correligionario que va a dar votos, ocupando lugares  que  quedan vacíos.

Y todo esto es el fruto  del golpe de estado parlamentario express, para quitarle el miedo a los sojeros, ganaderos, mafias del contrabando y droga y multinacionales, que veían que el Pueblo se envalentonaba y exigía sus derechos.

Pero, también, abramos los sentidos y la inteligencia y la conciencia  despierta,  y descubriremos algo muy interesante. El Pueblo paraguayo de después del golpe es muy distinto al de antes. Ahora comprende mucho mejor el problema de nuestra Patria,  señala con nombres y apellidos  a los corruptos, y cuando los visitan en sus barrios los scrachan como golpistas, narcos, mentirosos del poder. Unos lo dicen abiertamente.  Otros no se atreven a tanto, pero sonríen y aplauden.

La primavera política se va acercando. Y al luto del golpe lo ha sustituido el micrófono abierto y la acción contra Rio Tinto Alcan con su manifestaciones  alegres  y debates. En el Bañado sur fueron los niños/as, adolescentes y jóvenes los que recorrieron el barrio contra la multinacional. La esperanza primaveral sigue creciendo

                        NO TEMAMOS A  SER REVOLUCIONARIOS

                                                             Pa’i Oliva

Por supuesto que antes hay que purificar este término que ha sido muy manipulado.

 Por ejemplo, olvídese de lo que ocurrió el año  1947 en Paraguay, a lo que sin fundamento se llamó la revolución del 47, cuando en realidad fue una guerra civil entre partidos con  crueldad  por ambas partes.

 Por ejemplo, pensar que hacer una revolución es con violencia como darle la vuelta a la tortilla: los que están arribas se ponen abajo y los que estaban abajo suben arriba. Esto es simplemente una revancha.

 Por ejemplo, igualar revolución a ateísmo. Estuve intensamente viviendo en Nicaragua los siete primeros años de  la Revolución Sandinista, y nunca ningún gobierno me ha tratado con más respeto como cristiano y sacerdote que aquellos revolucionarios.

En el aspecto positivo, ser revolucionario es ante todo una actitud interior. Es ser honesto,  solidario, comprometido, respetuoso con las divergencias sin perder el convencimiento propio. Es no querer ningún privilegio ni apropiarse de nada ajeno. Es ser un gran soñador en ideales comunes y colectivos de un Pueblo, estando lo más cerca de él como un servidor. Ser revolucionario es ser ese hombre y esa mujer nuevos. que  en sociología son  como  los nuevos santos modernos.

En el aspecto externo, ser revolucionario es estar tan imbuido de todo lo anterior que no se contenta en quedarse a medio camino sino que quiere el cambio total y además pronto y  ya. En dolor humano de los que nos rodean le golpea tan fuertemente que no está contento hasta que desaparezca. Diríamos que en todo esto es un ser fuera de serie.

Escribo todo esto y miro a mi alrededor y admiro los revolucionarios.

Pero el ser humano es pícaro y cuando existe algo que vale , pero que no se atreve a vivirlo por  ser egoísta, prefiere desacreditarlo y quedarse en su visión negativa  para presentarla  como excusa.