Por ejemplo, tantas mujeres, adultas o jóvenes, que dieron todo lo que tenían en las dos guerras, que lucharon y sufrieron en la dictadura, que en la triste transición que soportamos nunca perdieron la esperanza y que ahora tienen los más grandes sueños para el Cambio.
Por ejemplo los jóvenes de ambos sexos que afloran en la Historia cuando más se los necesitan (guerra del Chaco o Marzo Paraguayo). Preparándose ahora para dominar el presente y así forjar en un futuro próximo el nuevo Paraguay que queremos.
A todos ellos quiero rendir hoy mi emocionado homenaje. Ellos merecen nuestro mayor agradecimiento, sus vidas son una luz para caminar, y mi gran alegría hubiera sido conocerlos a todos y en un gran abrazo decirles “¡Gracias!”.
Ellos me inspiraron para no cansarme nunca.