viernes, 16 de julio de 2010

A PROPÓSITO DE LAS HUELGAS


Nos amenazan con otras y ya existe alguna en marcha. De maestros, de choferes, de empresarios del transporte. Algunos hasta amenazan con una huelga general. Reconozco que los salarios son bajos, que las condiciones de trabajo no son las justas, que el sueldo en muchos hogares no da para la canasta básica. Pero la mayoría de ellas no me cuadran en un país empobrecido. ¿Por qué?.

Los maestros piden aumento de sueldo y que cobren los profesores ad honorem. Lo segundo es lo primero y el aumento de salario debería de esperar a que se pague a los que nada cobran. Y todo acompañado del esfuerzo de mejorar la calidad de la enseñanza, que desgraciadamente es baja y es esencial para crecer.


Los empresarios del transporte que tenemos amenazan con huelga si no se sube el boleto a 2.700. Esta demanda no tiene objeto. Lo único valedero sería una huelga de la ciudadanía para sustituir el actual pésimo sistema de transportes por otro más moderno y respetuoso con los usurarios.

Y pregunto, ¿quien hace huelga para que los nuevos 120.000 jóvenes que cada año buscan trabajo, lo encuentren?, ¿Quién hace huelga para que se obligue a los sojeros a dar valor agregado a la materia prima, con lo que se crearían fábricas y trabajo?.

Las huelgas son modos legales para mejoras necesarias al Pueblo, pero, si estas sólo ayudan a un solo gremio con perjuicios de la mayoría o tratan temas que debieran de esperar por nuestra heredada pobreza, esas huelgas no debieran existir. Y si lo hacen nos preguntamos sobre quién está detrás de ellas. Y temo encontrar que sea la politiquería.

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