viernes, 11 de junio de 2010

LUCES Y SOMBRAS DEL MUNDIAL


Para los que nos gusta el deporte, y más en concreto el fútbol, es una suerte poder contemplar de nuevo un Mundial. Porque es una cita de los mejores futbolistas. Porque congrega a personas de todo el mundo y en cierto modo estaremos todos juntos en comunión mediática. Y porque, en el Paraguay, la albirroja es una de las pocas cosas que nos une a todos y nos hace vibrar. Ojalá este sentimiento abarcara más que el deporte y nos empujara a crear un nuevo Paraguay. Luces todas por las que nos felicitamos.

Pero, el mundial, también tiene sus sombras. La codicia de la plata lo ha contaminado. Por ejemplo es un contrasentido que las marcas de cerveza sean de los principales auspiciantes de este evento. Mal ejemplo para una juventud que en buena parte ha caído ya en la droga del alcohol. Y como en otros eventos similares, se teme que se incremente la trata de personas (mujeres y niños).


Los nuevos estadios esconden una gran injusticia. Después de dura lucha el salario por mes de los obreros que los construyeron, pasó de 2.500 Rands a 3.000 Rands (casi 460 dólares). Cifra menor al salario mínimo-vital que está en los 700 dólares al mes.

A la prensa se le ha impuesto un inciso que la limita: “No debe de atacar la reputación de al FIFA”. Esto se ha relativizado luego, ante las protestas de los MCS.

Gocemos del Mundial, pero con conciencia despierta. “No es oro todo lo que reluce”.

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