jueves, 29 de abril de 2010

AL MAGISTERIO CON TODO RESPETO

Cuando el trabajo escasea, cada uno se aferra al que tiene. Lo cual parece lógico.

Pero, existen profesiones en las que no basta calentar con buena voluntad el asiento. Se necesitan, además, dos condiciones.

Primera, conocer en profundidad lo que se tiene que hacer, por el mal que harían si se equivocan. Es el caso del médico que tiene en sus manos la vida humana. Es el caso del maestro o maestra de los que dependen, en gran manera, que el niño o la joven activen su inteligencia, hagan crecer su voluntad o vivan con valores.

Segunda, tener vocación para su tarea. La vocación del médico está clara. La del docente, también. Pero es tan grande este su trabajo que me van a permitir que con todo respeto insista. En ocasiones, no todos los egresados están a la altura necesaria. Y esto se manifiesta en la falta de mística que sale a luz por la poca generosidad en el trabajo, irrespeto a la juventud y escaso sacrificio en las ocasiones difíciles que se presentan.
En el Día de la Maestra y del Maestro deseo felicitar y agradecer a esa mayoría de docentes que tenemos y que son el orgullo del Paraguay. Deseo que hoy y siempre sean tan felices como se lo merecen.

Pero, al mismo tiempo, pido a la minoría que ni está preparada ni siente el magisterio como una vocación, que diera un paso al costado. Están frenando el crecimiento de lo mejor que tenemos: nuestra juventud.

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