Escribo muy en broma, pero también muy en serio. Ha llegado la hora de que los empresarios del transporte en el gran Asunción se decidan a mirar un poco por los usuarios.
Y una de las primeras medidas que debieran de tomar es en hacer un seguro de vida para todos los que nos montamos en sus camiones. Y repito: escribo muy en broma, pero también muy en serio.
Soy uno de los usuarios que utilizan este medio de transporte. Y, cada día más, tengo la sensación de que ponemos nuestras vidas en manos de locos. Y no me estoy refiriendo solamente a los cansados choferes sino, sobre todo, a sus empresarios y las directrices que les dan. Con frecuencia tengo que viajar en la Air Line…(todos conocemos su numero de dos cifras) que vuela por las calles de Asunción como si fuera por el cielo abierto. Para colmo, ayer un colectivo de ella hacia carrera con otro de la misma empresa por la calle santa Fe, y llegamos vivos por milagro. Hasta le ganamos al contrincante.
Con un seguro de viaje, al menos nuestras familias tendrían para nuestro entierro y un poquito más.
En alguna noche de insomnio he soñado que vivía en una ciudad con colectivos municipales de un horario fijo que cumplían siempre. Con aire acondicionado para el verano y ventanas que se cierran para el invierno. Cuando desperté me dí cuenta que aquello no era Asunción.
Y una de las primeras medidas que debieran de tomar es en hacer un seguro de vida para todos los que nos montamos en sus camiones. Y repito: escribo muy en broma, pero también muy en serio.
Soy uno de los usuarios que utilizan este medio de transporte. Y, cada día más, tengo la sensación de que ponemos nuestras vidas en manos de locos. Y no me estoy refiriendo solamente a los cansados choferes sino, sobre todo, a sus empresarios y las directrices que les dan. Con frecuencia tengo que viajar en la Air Line…(todos conocemos su numero de dos cifras) que vuela por las calles de Asunción como si fuera por el cielo abierto. Para colmo, ayer un colectivo de ella hacia carrera con otro de la misma empresa por la calle santa Fe, y llegamos vivos por milagro. Hasta le ganamos al contrincante.
Con un seguro de viaje, al menos nuestras familias tendrían para nuestro entierro y un poquito más.
En alguna noche de insomnio he soñado que vivía en una ciudad con colectivos municipales de un horario fijo que cumplían siempre. Con aire acondicionado para el verano y ventanas que se cierran para el invierno. Cuando desperté me dí cuenta que aquello no era Asunción.
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario